miércoles, 8 de octubre de 2014

ÉBOLA. BANDERA AMARILLA ( De momento )

 



Yo no veo que nadie, absolutamente nadie se ponga histérico al observar las banderas rojas en nuestras playas u otras y otras situaciones climatológicas Pues nada, que con un virus mortal en el 50 % y 90% de los casos no hay bandera roja, siquiera amarilla.
 Parece ser que con este virus de mutaciones impredecibles no tenemos que tomar precauciones de ningún tipo, no vaya a ser que de poner un banderín nos pongamos todos histéricos, plan concierto de Rolling  u otro,  y chillando nos desmelenemos y echando a correr nos pisoteemos los unos a los otros . No somos moralmente adolescentes Somos un pueblo adulto, maduro, evolucionado, cívico.
Por ello no nos tiramos como ganado por un terraplén ante estas situaciones u otras ! Nos pretenden empujar que no es lo mismo !
 Para desgracia de estos bárbaros políticos el pueblo pensamos, razonamos, lo que implica tomar medidas razonables, luego sensatas. Esto lo logramos con información y hay una que dice claramente que aunque es mínima la posibilidad de contagio por el aire, existe esta posibilidad que aumentará de mutar dicho invisible dios. Posibilidad que es máxima de tocar a un ser querido ! Nadie ante algo así las tenga todas consigo ! Como prueba reciente de con que las pestes, viejo término para estas situaciones, hay que poner banderas está el VIH
 De momento esperamos alerta, despiertos, vigilantes. Diga lo que diga u omita el gobierno, diga lo que diga, por ejemplo Soria, de haber un solo caso más de Ébola aquí, los hijos que tengo en el extranjero no vendrán de vacaciones a España ya que ellos, bien informados, se pondrán su bandera roja Y yo les ayudaré a ello consciente del peligro para sus vidas. Bastante será corramos el riesgo de morir prematúramente aquellos a quienes quieren por existir quienes, a quienes se la refanfinflan los banderines y su gama de colores pues, ante todo, hay que dárselas. La chulería a los virus, y otros, si que se la ha refanfinflado toda la Historia, pero a estos con razón ya que son incontrolables, impredecibles e invisibles a simple vista.
 No seré yo la que juegue con la vida de mis hijos. Por ello de momento en mi casa, en mi familia ya he situado la bandera amarilla. Tampoco voy a jugar con la vida de otros, hacerlo me repercutiría puesto que llegado el caso la propagación de la peste aumentaría las posibilidades que se contagiasen los míos, y yo misma. Por ello mi consejo es Cuidadín. Amarillo Banderín


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